Un jardín de inspiración inglesa en el que se cuidó hasta el último detalle. El mayor reto del proyecto fue ambientar y darle funcionalidad a las zonas exteriores de tamaño reducido. Una característica de los proyectos del arquitecto son los taludes que rodean sus terrazas, que se aprovecharon para realizar una plantación de Gauras blancas, Verbenas Bonariensis o Rosal Iceberg entre otras que ayudan a crear un ambiente de pradera silvestre y transforman el paisaje en las distintas las estaciones. Como todas las habitaciones contaban con un acceso directo al exterior decidimos crear pequeñas terrazas ajardinadas independientes en cada una. Las terrazas facilitan el transito al exterior y a la vez permiten que cada estancia cuente con una zona privada para disfrutar del aire libre. Así logramos ampliar las zonas útiles de la vivienda. Para separar las terrazas creamos unos muros de hormigón con una base de áridos gris hielo. En la parte más sombría se realizó un jardín a base de áridos que requiere poco mantenimiento y poco riego. En la zona de la cocina exterior se creó una plantación de árboles frutales y hierbas aromáticas para acompañar a la barbacoa, que además de darle funcionalidad a la zona de la cocina funcionan para crear una mayor independencia al jardín con los vecinos.